domingo, 15 de julio de 2007

"Canciones en la tormenta"



“Paco Peca”


Calificación: excelente. Grupo: La Cochera. Autores: Paco Giménez-Marcelo Massa. Actúa: Paco Giménez. Dirección: Marcelo Massa. Todos los viernes de julio a las 21.30 en La Cochera (Fructuoso Rivera 541. Entrada a $ 12.

El mundo está lleno de gente. Y de canciones. Hay millones. Distintas unas de otras, pero muy parecidas. Dicen que las canciones son de quien las canta, por lo que debe haber tantas como cantores; o que son de quien las necesita, es decir que deben existir tantas como cuantas sean las necesidades que apremian. El número de canciones que habitan el mundo debe ser algo así como el total, multiplicado por el número de gentes y circunstancias. Millones. Es lindo cuando se las puede comparar con la lluvia, por eso de que simplemente suceden. Y es imposible elegirlas. En eso se parecen al destino.

Paco Giménez dice que va a contarse a través de canciones, en un unipersonal, con la dirección de Marcelo Massa. Se llama Paco peca. Hay que parar la oreja.

El reverso virtuoso. En el centro de la escena hay una mesita, un paquete de galletitas, una taza, un ventilador desvencijado, una petaca de licor, un par de anteojos. Más allá un tocadiscos. Debe ser el instrumental de la cotidianidad, lo que construye el espacio y se explica a medida que el tiempo –las canciones están hechas de tiempo– avanza.

Enseguida se percibe lo que la obra no será: el collar de canciones que a través de las letras puntean una sensibilidad o describen cronológicamente el mundo, como quisiéramos que haya sido. Acá antes que nada hay teatro: un actor experimentado, que dispone de arsenal de recursos que le permite hacer humor y drama en el mismo instante, y un director minucioso y atento a dosificar los lógicos excesos de un tipo que tiene que hablar de sí mismo.

Las canciones funcionan a veces como bisturíes, otras como cartuchos de dinamita. Cada una, con lo que tiene y lo que significa, rompe la tormenta inmóvil del presente y articula un transcurrir, que debe ser la vida desde otra perspectiva, ahora acechada por los símbolos. Nostalgia, alegría, vida, muerte, amor, odio, dinero. Paco lo dice con voz afinada y expresiva; canta solo, sobre los discos, en portugués, en inglés. Lo dice también con todo el cuerpo, como hablan los actores.

Por sobre lo común de la vida aparecen Jimmy Smith, Jobim, el gran Paolo Conte, entre otros cómplices de una magia elemental y necesaria.

La obra tiene momentos de una delicadeza escénica conmovedora –como cuando al final hace rodar los discos sublimando las banalidades la ausencia– y el final es tan feliz como lo puede ser el de un tipo que ha vivido.

Paco camina sobre el cenagoso espacio de la autobiografía con la tranquilidad de que, llegado el caso, no fue él, fueron sus canciones.

Fuente: www.lavoz.com.ar

lunes, 4 de junio de 2007

Entre el Cine Porno y los 10 Mandamientos


La oferta de los cineclubes sigue variada esta semana. Entre los temas de los ciclos, hay dos que parecen enfrentarse, aunque más no sea por una cuestión de nombres. Es que el Cineclub Municipal se pondrá más porno que nunca y a la vez intentará repasar los 10 mandamientos. A ver cómo es esto.

El miércoles a las 23 se verá en función extraordinaria Porno, una película de Homero Cirelli, que cuenta en sus créditos con las actuaciones de Alejandra, Alejandro, Beatriz, Celeste, Diego. Así, a secas. Se trata de un documental que sigue de cerca a actores y directores de una película pornográfica. Así, la cámara se inmiscuye en el backstage en el que el sexo es materia, arte, rutina y fuente de trabajo. Algo así cómo una mirada a las condiciones en las que se hace una película condicionada.

Al día siguiente, el jueves, comienza el ciclo "10 mandamientos", que llegará hasta el domingo. No mirarás sólo el cine comercial español parece ser el primero de ellos, porque la muestra presenta una galería con 10 títulos indispensables de la más reciente producción hispana.

La largada será con El séptimo día (foto) filme de 2004 de Carlos Saura, inspirado en los macabros sucesos de Puerto Hurraco, el pueblo donde, en el verano de 1990, tuvo lugar un enfrentamiento que desembocó en matanza.

También se verán:Caminantes, de Fernando León de Aranoa; El efecto Iguazú, de Pere Joan Ventura; En el mundo a cada rato, de Javier Corcuera; Fausto 5.0, de Isidro Ortiz y La Fura Dels Baus;Héctor, de Gracia Querejeta;El milagro de Candeal, de Fernando Trueba; Noviembre, de Achero Mañas;Piedras, de Ramón Salazar; y El viaje del caracol, de Imanol Uribe.

Fuente: www.lavoz.com.ar

martes, 15 de mayo de 2007

Cartelera

Hoy:

Mariano El Gitano. 20.30. Cineclub Municipal Hugo del Carril. San Juan 49. Ciclo “Ensayo de Orquesta” con Mariano El Gitano y “Flamenco x flamencos”. Bono $ 5.
La última Luna. 23. Cineclub Municipal Hugo del Carril. San Juan 49. Como cada martes de mayo, el cineclub El Corto presenta La última luna, un documental sobre el artista Martín Santiago, dirigido por Maximiliano Angeleri. $ 3.

Pantaleón y las visitadoras. 19. Galileo. Gauss 5700. En el Ciclo “Pluma… cámara… acción! (La literatura y el cine)”, se proyectará el filme Pantaleón y las visitadoras, de Francisco Lombardi (2000).

Maná. 20. Chateau Carreras. Hoy y mañana serán los recitales de la banda mejicana y su “Amar es combatir World Tours”. Entradas en El Ateneo (General Paz 154), Edén (O. Trejo y Deán Funes) y en Villa María, en Musicalísimo. Por teléfono al (0353) 453-6300. Precios: de $ 60 a $ 255.

Jueves y Viernes:

Inverosímil, una tragedia mundana. 20.30 hs. Sepia (Ciudad Universitaria). Historia de Irenio, una persona que sufre el mal del “hombre deleble” y todo el mundo se olvida de él. $5

Fuente: www.lavoz.com.ar

lunes, 30 de abril de 2007

Con ese loco amor de adolescentes



Con el estreno de “Romeo y Julieta”, la Comedia Cordobesa inaugura la sala mayor del Teatro Real. Desde el miércoles, en San Jerónimo 66.

"Cada vez que necesito un texto para la Comedia, se lo pido a Mauricio (Kartun)", dice Omar Viale, el director que estrena Romeo y Julieta, de William Shakespeare, el próximo miércoles.

Cuando Viale tenía 14 años y estaba en la Comedia de Río Cuarto, leyó la obra como una historia de amor. "Cuando la releí, encontré la pasión, el odio y los rencores. En cinco días sucede esta historia de intrigas. Brook dice que Romeo y Julieta nace de las cloacas de Verona", señala el director que armó equipo con artistas de primer nivel para los rubros escénicos y técnicos.

Domina el escenario un dispositivo escénico importante en altura, una estructura de caños y niveles de madera por donde pasará la tragedia de los enamorados. Cecilia Román Ross y Gabriel Coba fueron elegidos para interpretar la pareja protagónica. Viale, que se queda con la imagen de la película de Zeffirelli, por encima de otras versiones, fue planteando las escenas lejos de los convencionalismos. "No busques el balcón porque no hay", bromea Viale. "Trabajamos mucho con Giulia Petrucci, responsable de la escenografía y el vestuario. La estructura se va transformando en sacristía, bóveda, calles, balcón", señala el director.

Viale eligió al elenco mediante una audición con la Comedia. En Cecilia Y Gabriel vio talento y entrega al trabajo. "Son encantadores; tienen siempre buena predisposición y trabajan con una sonrisa", comenta. En cuanto a los actores, debieron investigar para meterse en la piel de los adolescentes de la historia.

"Tenemos más edad que los protagonistas. Indagamos cómo llegan a eso, porque de adulto el amor se vive de manera diferente. Tuvimos que bucear en ese lugar, la edad de las chicas del Seminario de Danza, que participan en la obra", dice Cecilia. La actriz integra la Comedia desde hace seis años. En tanto Gabriel Coba reconoce que le dio alivio que Viale eligiera una versión diferente a la de los cinco actos del original. Este es su tercer trabajo en la Comedia.

El cuerpo oficial inició los ensayos en agosto pasado y tuvo un tiempo inusual para la dinámica del elenco. Viale reconoce que sirvió para madurar la obra. Además, el vestuario de Petrucci acerca la historia temporalmente. "Los trajes tienen tachas; Giulia ha diseñado máscaras para el baile, y Cristina Gómez Comini aporta la coreografía con 14 bailarines del Seminario de Danza (ocho por función)", anticipa el director.

Durante la charla, la sala bulle con los preparativos y los técnicos cuelgan luces del barral que se estrenará. Hay prueba de sonido y la sala se llena de música. "Estamos contentos como con chiche nuevo. También estamos caminando por los cables (risas), por la responsabilidad del estreno. Miro el teatro y digo que esto queda, que apostar a la cultura es una maravilla. Por eso, ser partícipes de todo esto es una caricia al alma", concluye Viale.

Fuente: www.lavoz.com.ar

jueves, 26 de abril de 2007

El Teatro Real, remodelado







Un año y medio llevó reconstruir el edificio que alberga las salas Azucena Carmona y Carlos Giménez. Para el 2 de mayo anuncian la reapertura con “Romeo y Julieta”, a cargo del elenco de la Comedia Cordobesa.

El Teatro Real reabre sus puertas la semana próxima después de un año y medio dedicado a la reconstrucción arquitectónica que afectó la estructura del edificio en su totalidad, piso a piso. Las salas Carlos Giménez y Azucena Carmona han sido puestas a nuevo como resultado de una obra monumental que comenzó en los cimientos y la espalda del añoso teatro oficial.

La reconstrucción, que tenía fecha tentativa de final de obra para julio de 2006 y se fue posponiendo mes a mes, pone en valor un edificio de larga y azarosa vida, no siempre vinculada a la cultura. Su inauguración, el 30 de junio de 1927, fue un acontecimiento cultural en el que se hicieron transmisiones de radio y proyecciones cinematográficas. El Real se sumó a la lista de cines de la época (Splendid, el Palace Theatre, el Ideal, el Internacional, según la crónica). En la década de 1960 se apagaron las luces, luego se reabrió como Cine Brunino. Lo cerraron, se convirtió en banco (1977), lo tabicaron, pintaron las paredes de rojo chillón y se volvió a cerrar.

En 1990 reinició la actividad como sala de teatro para el Festival de Teatro Latinoamericano. Diez años después la sala fue mejorada y convertida en complejo cultural, hasta diciembre de 2005, fecha en que se inició la etapa que culmina con la reinauguración del 2 de mayo.

Antes del acto oficial y público, un fotógrafo de La Voz del Interior captó la perspectiva de la sala, parte de la majestuosidad del complejo en el que además funcionan la Dirección del teatro, el Seminario Jolie Libois, las salas de ensayo y los talleres.

En otro plano de funcionamiento, y a propósito de cambios estructurales, la nueva era encuentra a los actores de los elencos oficiales que trabajan en el Teatro Real con la novedad del paso a planta permanente. Esto significa que los intérpretes que concursaron sus cargos por dos años no tendrán que volver a concursar.

El próximo 2 de mayo, la apertura estará a cargo de la Comedia Cordobesa, con dirección de Omar Viale. Luego del acto protocolar a cargo de las autoridades provinciales, el elenco estrenará Romeo y Julieta, en versión de Mauricio Kartun. El autor ha sido invitado a la representación a la que asistiría posiblemente Norma Aleandro, entre otras figuras del espectáculo nacional.

Fuente: www.lavoz.com.ar

viernes, 20 de abril de 2007

Los cordobeses viven la muestra en salas y en foros



Fiesta Nacional del Teatro. El tramo final incluye obras de Córdoba, Misiones, San Luis, San Juan, Corrientes, Catamarca y Buenos Aires. El nivel es desparejo, pero el público responde con entusiasmo.

Mediodía en la plaza 25 de Mayo. Un contingente de checos filma y se detiene en el grupo colorido que ocupa un banco: actores cordobeses asociados por la Fiesta Nacional. A la pregunta: "La Fiesta ¿sí?, la Fiesta ¿no?", coinciden en que el espacio debe mantenerse y mejor en varios sentidos. Los actores rescatan la posibilidad de encuentro con otros elencos de las regiones y coinciden en que sin Fiesta, esa comunicación sería imposible. Operativamente es muy difícil unir el país. Maximiliano Gallo, que tuvo un encontronazo con el público de José María Muscari en el foro donde se analizó Cotillón, plantea por qué un grupo de Santa Fe invita a Muscari para mostrar una obra al estilo del director porteño.

El desmontaje de obras es una de las actividades que ocupa a los teatreros por la mañana. "Lo actoral es un reflejo: te das cuenta de que el interior sigue mirando Buenos Aires, y Buenos Aires, a Europa", comenta Maxi a La Voz del Interior, invitada a la fiesta por Instituto Nacional de Teatro. Los demás consideran que Córdoba tiene identidad, aunque hayan llegado a La Rioja obras muy diferentes entre sí.

"La Fiesta legitima el trabajo que hacemos. Poder encontrarnos es buenísimo", señalan. Para Rodrigo Cuesta, resulta interesante la mirada de los actores sobre espectáculos de diferentes procedencias. "Sirve para afinar el trabajo de cada uno. En cuanto a la dinámica de la Fiesta, que se reduce a producir y mostrar, creo que no termina de trascender. En algunos casos los actores están muy expuestos arriba del escenario y no hay una instancia posterior a la crítica. En el debate, cada uno se queda con lo que ya sabe", completa Mariel Bof.

En tanto Lucía Pihen reconoce las ventajas de sentarse a charlar con sus pares y verificar que existen en casi todas partes los mismos inconvenientes, las mismas formas de encuentro, más allá de las elecciones estéticas. "Eso permite profesionalizarse y entender esta profesión", dice Bof. "Este es un espacio de goce, en el que estamos juntos", agrega Eva Bianco.

Para Cuesta, después de tanto esfuerzo para armar un espectáculo, llegar a la Fiesta es un premio que hay que disfrutar. Además de las ventajas en las que hubo acuerdos, queda para la discusión la posibilidad de hacer de la Fiesta, un evento más atractivo; acordar nuevos cachet para los grupos y entablar, alguna vez, una comunicación más directa, con los miembros del Consejo de Dirección del Instituto Nacional, que trabajan a puertas cerradas y no evalúan el buen rédito de un plenario, aprovechando la circunstancia infrecuente de una reunión tan amplia. Reconocimiento, continuidad y comunicación son ejes de la demanda.

Silencio, hospital. Anoche fue el turno de El tamaño del miedo, por El Cuenco; esta noche La Lid presenta Nursing, elemental manual de procedimientos, obra que coordinó Roberto Videla. El director, ex LTL, fundador de Fra Noi y El Cuenco llegó a La Rioja para acompañar la función de las actrices que desarrollaron la obra como trabajo de producción de cuarto año de la carrera de teatro de la UNC. En algún sentido, Nursing... le recuerda momentos como el de Contratanto, en los ´70, o La yegua de la noche, con El Cuenco. "La obra ha recorrido un camino propio, y comenzó con una investigación minuciosa de las chicas", comenta Roberto. Naty Díaz explica que el germen de la obra estuvo en plantear un vínculo claro; en este caso, laboral y entre enfermeras de un tiempo preciso: los años 50 en Argentina, cuando Eva Perón profesionalizó la enfermería y la carrera tuvo salida laboral.

"Recopilamos narraciones orales de enfermeras de la época; leímos el manual de procedimientos, pero queríamos mostrar algo más", dice Naty. "La obra hace foco en el cotidiano de tres enfermeras, en el trato a los pacientes y el amor a la profesión. Las actrices rescataron mobiliario del viejo hospital de Punilla, la Colonia Santa María", señala el director. Naty hizo una excursión al sótano del hospital y recogió material precioso para la puesta: carros de comida, chatas, cajas de instrumental, libros de registro.

"Las actrices fueron construyendo la dramaturgia con mi supervisión y la de Rodrigo Cuesta. Para mí el trabajo era mostrar el pulso interior de todo eso; alcanzar una coincidencia en el estilo desde las acciones del cotidiano. La obra transita un realismo exasperado y el hecho de que haya permanentes acciones, le dan un carácter de extrema genuinidad. Ahí estuvo la coincidencia sostenida por esos objetos originales. La puesta no es naturalista; la ruptura viene por el lado del melodrama, como resbalones hacia la sorpresa. Yo sentía que algo estaba faltando. Primero no se animaban a explotar; había resistencia al melodrama, pero después funcionó", comenta Videla que recuerda la recepción entre los enfermeros que vieron la obra y se sintieron ese reconocimiento. "Día y noche trabajan en la contención del enfermo y el que se lleva el regalo es el médico", dice Naty. La actriz, junto a Fernanda Tarletta y Nora Cerro descubrió ese mundo e inició exitosamente el camino de La Lid.

Una noche más. La noche del miércoles transcurrió con algunos inconvenientes de organización y el calor que dejó en evidencia la necesidad de infraestructura adecuada. Lo insólito de la velada fue la doble función de la obra de Omar Pacheco, Del otro lado del mar. El director de nivel internacional jerarquizó la Muestra, planteado desde el teatro de imágenes que desarrolla con precisión cinematográfica desde hace 20 años. El robo de una consola de luces retrasó el armado de la compleja puesta, de manera que la segunda función comenzó casi a las 2 de la mañana. Pacheco mezcla el teatro negro, la danza contemporánea y el registro onírico con un elenco exquisito en cuanto a entrenamiento y expresividad.

"Mi futuro es mi próximo deseo", advierte la voz al iniciar el espectáculo diseñado desde los estímulos visuales y sonoros. La metáfora de la libertad cruza espadas y no poco dolor con las acechanzas que movilizan a unos personajes en espejo, evanescentes, poderosos en el supremo instante. La eternidad "chiquitita" también fue el estímulo de Carlos Gorostiza cuando escribió Aeroplanos.

Dos amigos de la tercera edad conversan sobre la línea del tiempo: aquello que fueron y permanece en la memoria; los achaques presentes y el futuro de no ser. La puesta que llegó de Misiones de la mano de Luis Andrada respetó el texto original y permitió el lucimiento de dos actores dúctiles, como son Guillermo Fascetto y Hugo Gómez Demaio. La sala del Nuevo Teatro los aplaudió de pie. Emocionante, si se tiene en cuenta que en la platea había muchos adolescentes y público adulto de todas las edades. El buen teatro sigue en manos de los buenos actores, más allá de las estéticas y los hallazgos experimentales.

Fuente: www.lavoz.com.ar

Una "Tosca" apasionada



La ópera de Puccini protagonizada por Patricia González, debuta esta noche.

Amor, tortura y muerte, sobre un paisaje dominado por las tensiones políticas, hacen de Tosca, una de la óperas más intensas de Giacomo Puccini. Pasiones exasperadas –expresadas en melodías impetuosas y un ritmo escénico marcado– delinean una historia contada con los trazos gruesos del verismo.

Hoy a las 21.30, en el Teatro del Libertador (Vélez Sársfield 365), Tosca se pondrá en escena por primera vez sobre esas tablas, según los memoriosos. El elenco estará encabezado por Patricia González en el rol de Floria Tosca y Marcelo Puente, que encarnará a Mario Cavaradossi, pintor libertario, amante de Tosca. Entre ese amor se interpondrá el cruel Scarpia, jefe de la Policía Real de Roma, en la experimentada y excelente vos de Luis Gaeta. Ever Formento y Jorge Coria se alternarán se alternarán en el rol de Angelotti, ex cónsul de la República romana que ha escapado de la prisión.

La del puñal. Cordobesa, radicada desde hace un par de años en Buenos Aires, Patricia González considera que esta Tosca llega en el momento justo de su carrera. “Es mi debut en este rol –explica– y me siento madura para abordarlo”. Después del ensayo general, el clima del teatro es de los mejores, reina el optimismo y la confianza. “Lo que más me gusta de esta puesta son las ganas, la energía que se respira en cada ensayo –cuenta–, eso es algo muy estimulante, además de la alegría de volver a cantar en Córdoba. (Alejandro) Cervera imprimió una idea muy dinámica de los personajes, una concepción muy cruda y muy sentida por todos nosotros”.

Fuente: www.lavoz.com.ar

domingo, 15 de abril de 2007

Casting

CASTING Bailarines y Performers (ambos sexos) 20 a 30 años para Disco

Tel. (0351) 156526027 (no público)

martes, 10 de abril de 2007

Seducidos por “Maldita Afrodita”




Nacieron como Teatro Minúsculo y se hicieron fuertes con su versión de la sitcom teatral en el Cineclub Municipal. Estrenan el miércoles la segunda temporada.

Un café cargado circula antes del ensayo matinal de Maldita Afrodita, la sitcom que estrena su segunda temporada el miércoles en el Cineclub Municipal. Los actores hacen chistes sobre los personajes que volverán a encontrarse en escena, alrededor de Juan (Jorge Monteagudo). Juan es un historietista under, fracasado. Su pareja, una exitosa humorista gráfica lo deja y parte hacia Australia, dejando a Juan sin sostén económico y hundido en la depresión. En la ruina económica y amorosa, Juan recibe la convocatoria de una revista femenina top que busca nuevos talentos. A instancias de sus amigos se presenta al certamen con una historieta llamada Maldita Afrodita bajo el seudónimo de Juana Lex Under. Juan gana el concurso y tiene que simular la voz de una mujer ante las lectoras.

Cuando inicie el primer capítulo ("Entre dos amores") de la segunda temporada, Juan estará metido en el triángulo amoroso que forma junto a Betty Seller, la editora de la revista, y Pato, la ex que volvió de Australia. Los amigos siguen firmes, cada uno con su maña y look.

Hay código. "Por ahora hacemos tres ensayos, uno semanal en sala. El episodio 1 tiene más margen de ensayo porque sienta las bases del trabajo del año", comenta Jorge Monteagudo, Juan en la ficción, y coguionista junto a Gonzalo Marull. La frecuencia de ensayos disminuye a medida que avanzan los capítulos. Bromas más, bromas menos, el director Luciano Delprato comenta las variaciones en torno a la anticipación del guión en una comedia de situaciones (sitcom).

“Varía mucho, según la sitcom. Los actores de Friends, por ejemplo, hicieron un lobby histórico y exigieron un mes para ensayar cada capítulo. Fue un caso realmente raro. En Pol-ka no ensayan, incluso se evalúa la calidad del actor por la capacidad para resolver la situación en el momento. No hay tiempo físico para aprender la letra. La pilotean todo el tiempo”, dice. “Incluso –señala Jorge con respecto a los norteamericanos–, no se graba el episodio completo; graban por chiste. La clave está en la edición”. Volviendo a terreno cordobés y al escenario en vivo del Cineclub, en Maldita Afrodita no existe edición, esa suerte de red con que cuenta la televisión.

“Intentamos traducir técnicamente las cuestiones del lenguaje audiovisual al lenguaje teatral y actoral: cortes comerciales, planos. Que los actores trabajen el cambio de foco. Es como si la cámara hiciera un primer plano en un actor”, comentan estableciendo la diferencia con la televisión donde existe el director de piso que poncha una cámara con otra (va eligiendo en el switcher) y va armando un pre master. “Aquí esa respuesta se traslada a los actores, pero ellos lo saben”, dice Delprato señalando el foco a éste, ése o aquél. Así se distribuye a los actores en el espacio y según el desarrollo histriónico, en un movimiento oscilante en lo que a la atención del público se refiere.

¿Y qué pasa cuando el actor no tiene letra y está en escena?

“Hay que comprender cuando el foco es el otro, cuando el campo de atención del público está otorgado a ese actor. No es tele ni la manera clásica de hacer teatro, donde todo es foco. Hay que descender la energía sin desaparecer por completo”, grafica Xavier. “Yo opté por ser espectador. me clavo en escena y borro la atención”, agrega Gonzalo.

La técnica de la sitcom en vivo requiere atención y velocidad en los cambios: apagar y encender. El actor autoedita su actuación.

“Cuando Seinfeld abre la puerta, todo tiembla y nadie se mueve. Es el momento de él”, comenta Delprato.

Se va la segunda. La idea de los guionistas para la segunda temporada es mantener los personajes; aparecerán otros, con actores invitados.

El equipo reconoce que la primera temporada sirvió para dejar un margen de cosas sin resolver de antemano. Ahí entra la presión del público, que el año pasado votó el final de las situaciones centrales.

“Hicimos una encuesta y definimos el final con eso. Vamos cambiando en relación a las sugerencias de la gente. este año el público podrá interactuar a través de un blog, ir colgando cosas”, adelantan.

A la hora de invitar actores, el código de la sitcom es complicado de incorporar. El Teatro Minúsculo fue el lugar de entrenamiento para luego entrar en la aventura de la comedia de situaciones.

“A los invitados les cuesta entrar en el ritmo, por los textos rápidos y el hecho de salir a escena como si hubieran ensayado. El tiempo no es teatral. No podés pilotear” (N. de la R.: improvisar, morcillear).

“Tenemos telepronter artesanal. Cuando los actores se sacan la ropa, están todos tatuados. Onda Memento. También hay textos pegados en las puertas o alguno se pregunta ¿dónde lo dejé?”, bromean. Lo cierto es que los cortes comerciales son buenísimos para repasar, porque, como dice Xavier, un vaso en otro lado cambia la historia. “El margen de error es acotado. Si hay algo que falta, es difícil sacar de la galera. El Minúsculo nos sirvió para la improvisación”, señala.

Fuente: www.lavoz.com.ar

miércoles, 4 de abril de 2007

Los que le ponen el cuerpo a la memoria


“Los que no fuimos”. Calificación s/ LaVoz: Muy bueno. (Córdoba, 2007). Guión y dirección: Paco Giménez. Entrenamiento físico: Graciela Mengarelli. Intérpretes: Marcelo Acevedo, Pablo Altamirano, Walter Garabano, David Gerber, Néstor González, Marcelino Monasterolo, Hugo Olmos, Lalo Orellano, Hernán Rossi y Víctor Trapote. 1:15’. Viernes, sábado y domingo en La Cochera, Fructuoso Rivera 541.

Hay tantas formas de recordar como de hacer teatro. La Cochera decidió hacer un acto de conmemoración poniendo la energía del equipo de Paco Giménez al servicio de los 25 años de La Guerra de Malvinas. Nada menos que eso.

Los que no fuimos arma un relato de a pedazos, opera sobre el imaginario colectivo y ofrece una visión sobre la guerra que los argentinos supimos vivir. 10 actores se reparten unos roles ambiguos, los perfiles de una misma imagen: la del ex combatiente, la del caído, la del soldado, la del inocente devenido en carne de cañón.

Un grupo de hombres canta en el centro de la escena mientras el público se acomoda en las gradas de La Cochera. Suenan canciones de los tardíos 80, el rock que asomaba después de la veda. Un personaje escribe "Malvinas" con una cinta adhesiva en el piso. Sobre ese fondo, surgen uniformes y discursos (Lalo Orellano, a voz en cuello), íconos obvios traducidos al lenguaje teatral en el que la obra va tomando formas diversas.

El acto reviste contornos de instalación móvil, de coreografía; un happening al revés, en el que el humor cruza el espacio como un chispazo necesario pero no se instala. La Cochera se mete en el fresco dramático a fuerza de acción pura y apenas unos textos lanzados lejos, a los gritos. La catarsis toma un sentido épico. Han pasado 25 años y el teatro todavía no habla de esta guerra mal parida por la dictadura.

Actores bien entrenados. Los actores trabajan en escena hasta la extenuación. Graciela Mengarelli, la entrenadora del equipo, ha pedido traspiración y la ha logrado. Como ocurre en las obras de Paco, los elementos entran en un movimiento vertiginoso y los actores surcan el escenario con objetos, al ritmo de la música. Los jóvenes emulan a los que fueron mientras un viejo que no domina su cuerpo ni su lengua, recita La vida es sueño o dice el tango; se abraza a la chata, toma la pastilla: es la decadencia del poder que aúlla y arenga en nombre de la juventud del Duce, la del ‘45. La bronca se ahoga en whisky, en la interpretación de Walter Garabano.

Por el espacio corre agua, viento, un espectáculo circense con un avioncito y su aviador en tamaño natural. Estruja el alma Marcelo Acevedo en su vuelo. La tropa de Paco no para: Víctor Trapote es un casi-niño correntino. No da para reírse. Por debajo de la imagen, fluyen recuerdos y saberes; verdades aprendidas después, cuando ya no sirven. Hugo Olmos crea una Margaret Thatcher de antología, que canta en inglés y no sostiene la dentadura. Pablo Altamirano dice, con las tripas, un texto de Los pichiciegos de Fogwill, sobre el miedo.

David Gerber echa agua, limpia, se moja, se arrastra, empuja, trepa. Marcelino Monasterolo y Hernán Rossi son ‘armadores’ de escenas, sostienen momentos como el del discurso de espaldas, sobre el petróleo en las islas, con lenguaje de tablón. La maratón solidaria; la marcha de Las Malvinas y los uniformes mezclados con vendajes van completando la historia imposible de contar entera.

Un herido deja la última palabra en manos de la poesía. Néstor González escribe en la pared: "No vayas a mi tumba y me llores". Mientras, una señora ofrece chocolatitos para el camuflaje de esos pibes que le ponen el cuerpo a la memoria.

Fuente: www.lavoz.com.ar