domingo, 15 de julio de 2007

"Canciones en la tormenta"



“Paco Peca”


Calificación: excelente. Grupo: La Cochera. Autores: Paco Giménez-Marcelo Massa. Actúa: Paco Giménez. Dirección: Marcelo Massa. Todos los viernes de julio a las 21.30 en La Cochera (Fructuoso Rivera 541. Entrada a $ 12.

El mundo está lleno de gente. Y de canciones. Hay millones. Distintas unas de otras, pero muy parecidas. Dicen que las canciones son de quien las canta, por lo que debe haber tantas como cantores; o que son de quien las necesita, es decir que deben existir tantas como cuantas sean las necesidades que apremian. El número de canciones que habitan el mundo debe ser algo así como el total, multiplicado por el número de gentes y circunstancias. Millones. Es lindo cuando se las puede comparar con la lluvia, por eso de que simplemente suceden. Y es imposible elegirlas. En eso se parecen al destino.

Paco Giménez dice que va a contarse a través de canciones, en un unipersonal, con la dirección de Marcelo Massa. Se llama Paco peca. Hay que parar la oreja.

El reverso virtuoso. En el centro de la escena hay una mesita, un paquete de galletitas, una taza, un ventilador desvencijado, una petaca de licor, un par de anteojos. Más allá un tocadiscos. Debe ser el instrumental de la cotidianidad, lo que construye el espacio y se explica a medida que el tiempo –las canciones están hechas de tiempo– avanza.

Enseguida se percibe lo que la obra no será: el collar de canciones que a través de las letras puntean una sensibilidad o describen cronológicamente el mundo, como quisiéramos que haya sido. Acá antes que nada hay teatro: un actor experimentado, que dispone de arsenal de recursos que le permite hacer humor y drama en el mismo instante, y un director minucioso y atento a dosificar los lógicos excesos de un tipo que tiene que hablar de sí mismo.

Las canciones funcionan a veces como bisturíes, otras como cartuchos de dinamita. Cada una, con lo que tiene y lo que significa, rompe la tormenta inmóvil del presente y articula un transcurrir, que debe ser la vida desde otra perspectiva, ahora acechada por los símbolos. Nostalgia, alegría, vida, muerte, amor, odio, dinero. Paco lo dice con voz afinada y expresiva; canta solo, sobre los discos, en portugués, en inglés. Lo dice también con todo el cuerpo, como hablan los actores.

Por sobre lo común de la vida aparecen Jimmy Smith, Jobim, el gran Paolo Conte, entre otros cómplices de una magia elemental y necesaria.

La obra tiene momentos de una delicadeza escénica conmovedora –como cuando al final hace rodar los discos sublimando las banalidades la ausencia– y el final es tan feliz como lo puede ser el de un tipo que ha vivido.

Paco camina sobre el cenagoso espacio de la autobiografía con la tranquilidad de que, llegado el caso, no fue él, fueron sus canciones.

Fuente: www.lavoz.com.ar

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